El acto de cantar a Dios es un acto profundo de adoración a su grandeza. A lo largo de la Biblia, encontramos innumerables referencias al canto como una forma de alabanza y expresión de amor hacia nuestro Creador. Desde los salmos del rey David, la música ha sido considerada como un medio poderoso para conectarnos con nuestro Señor. Cantar a Dios nos permite dirigir nuestras palabras de agradecimiento y sentimientos hacia Él de una manera única. Como dice el Salmo 95:1, "Venid, aclamemos a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación".
El apóstol Pablo nos exhorta en Efesios 5:19, diciendo: "hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones". Cantar a Dios es una forma de abrir nuestro corazón y darle gloria. A medida que entonamos alabanzas, permitimos que el Espíritu Santo nos llene con su presencia y nos transforme de adentro hacia afuera. Ten presente en todo tiempo que cuando cantas a Dios, tu corazón recibe sanidad, liberación, bendición y purificación, por eso procura que siempre haya un canto en tu boca que confiese la majestad de tu salvador. Un corazón sencillo, humillado y completamente genuino, él nunca va a despreciarlo.
🙌Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia.
Salmos 59:16 (RV1960)
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Colosenses 3:16 (RV1960)
Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.
Salmos 68:4-5 (RV1960)